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Caroline Ashley y Dilys Roe
International Institute for Environment and Development
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Segunda Parte
Ventajas del Involucramiento Local en el Turismo basado en la Vida Silvestre
Desventajas y Limitaciones del Turismo para las Comunidades
La vehemente promoci�n del turismo en �reas rurales para obtener los beneficios indicados anteriormente para las comunidades no necesariamente resulta exitosamente. La experiencia en varios pa�ses ha demostrado que el turismo puede conllevar muchos costos para las �reas locales, y que algunos de los beneficios esperados y descritos arriba son limitados o distorsionados. Por lo tanto, es necesario dise�ar medidas para mejorar el involucramiento de la comunidad en turismo para enfrentar las desventajas lo mismo que maximizar los beneficios. A�n m�s, los proyectos que promueven el TIC necesitan estar conscientes que no se pueden evitar todas las desventajas, por lo que las iniciativas de TIC traer�n costos lo mismo que beneficios.
Muchas de estas desventajas pueden atribuirse a cualquier nueva actividad econ�mica en un �rea rural. Por ejemplo, puede haber un aumento en las disparidades de ingresos y en los conflictos sobre los recursos siempre que la nueva actividad y la fortaleza de la organizaci�n comunitaria afecten el poder de los residentes para controlar los desarrollos en la mayor�a de las esferas, no solamente en el turismo. A�n m�s, los puntos ilustrados a continuaci�n muestran los extremos --- puede que el turismo no ocasione todos estos costos para las personas locales. Pero vale la pena tomar en cuenta los extremos para ver si es posible evitarlos, y a qu� costos, mejorando el TIC.
1. Beneficios financieros limitados
Hay evidencias de que realmente muy poco del gasto por los turistas queda en la localidad visitada (el problema de "fuga"). Por ejemplo, el turismo de lujo frecuente requiere de mercadeo especializado, comunicaci�n internacional y bienes de lujo, as� que mucho del gasto de los turistas sirve para pagar a compa��as internacionales o para gastar en bienes y servicios importados a la localidad. Los turistas econ�micos probablemente paguen menos a compa��as en distantes ciudades capitales pero pueden disfrutar de un lugar al tiempo que gastan muy poco all� � particularmente al viajar en veh�culos donde incluso cargan con sus alimentos. En varios estudios que cubrieron 17 pa�ses durante un per�odo de 20 a�os se estim� que de 11% a 90% del gasto total del turista se fuga del pa�s anfitri�n (Smith and Jenner, 1992). Del resto que queda en el pa�s, apenas una proporci�n quedar� en la localidad realmente visitada. El grado de "fuga" var�a enormemente dependiendo de qui�n sea el propietario de las empresas y d�nde se compre los bienes y servicios. Sin embargo, usualmente hay muchas barreras para las iniciativas locales de empresas tur�sticas en �reas rurales pobres, tales como falta de cr�dito, experiencia comercial, la necesidad de inversiones que con frecuencia conllevan un alto riesgo y un retraso de uno a dos a�os antes de que se vean algunos beneficios.
2. Distribuci�n desigual de los beneficios
Los beneficios del turismo pueden ser acaparados por una peque�a �lite dentro de la comunidad. Aquellos con mayor poder, educaci�n, habilidades para hablar o quienes por casualidad viven en el lugar correcto, son los que tienen m�s oportunidades de conseguir nuevos empleos, establecer empresas, hacer tratos con for�neos, o controlar el ingreso colectivo ganado por la comunidad. Un aumento en las desigualdades en los ingresos puede exacerbar los conflictos dentro de una comunidad (Boonzaier, 1996b) o, tal como se ha observado en algunos casos, alterar los sistemas tradicionales de compartir los riesgos y gestionar colectivamente los recursos (como se ha visto, por ejemplo, entre los Maasai [Berger 1996]).
3. Da�o a los recursos naturales, acceso perdido, gesti�n alterada.
Los turistas pueden hacer da�os a los recursos naturales tales como vegetaci�n y agua, a trav�s del sobre uso o una actividad no controlada. Un problema menos tangible pero probablemente m�s da�ino es el riesgo de que el turismo cause un aumento en los conflictos sobre el acceso a terrenos y recursos: por ejemplo, entre operadores tur�sticos o gerentes de parque que desean una exclusiva �rea de vida silvestre/turismo, y residentes que desean acceso y recolecci�n de recursos, entre botes de giras o buzos y los pescadores locales quienes usan un lago o r�o, entre artesanos y recogedores de le�a, en cuanto a �rboles. Si los poderosos son capaces de aumentar sus reclamos sobre los recursos beneficiosos, la mayor�a se sentir� alienada [4].
4. Empleos en lugar de una ruta para salir de la pobreza
Aunque el turismo provee empleos para los residentes locales, con frecuencia estos son empleos no calificados, tales como en limpieza y cocina, con pocas perspectivas de promoci�n (Hasler, 1996). El auto-empleo como el de gu�as puede ser rentable para los j�venes, pero lleva a poco en el futuro (Abbott, 1994). Pocas compa��as tur�sticas o gobiernos est�n deseosos o capaces de invertir lo suficiente en entrenamiento para permitir que las personas locales lleguen a graduarse hasta empleos gerenciales y profesionales.
5. Participaci�n limitada, el control permanece en los for�neos
Los residentes locales pueden obtener beneficios monetarios significativos del turismo, pero a�n as� no controlan el desarrollo del turismo en su �rea, ni tienen el derecho de participar en las decisiones ni la capacidad para iniciar nuevos desarrollos (Koch 1994, Wells and Brandon 1992, B�ez 1996, Gahaku 1992). Esto contrasta con las tradicionales actividades de subsistencia, tales como la agricultura o la recolecci�n, que generalmente est�n controladas por el individuo o la familia. El "desarrollo" (en oposici�n al simple crecimiento) requiere de un incremento en la capacidad para tomar e implementar alternativas, no solamente un ingreso salarial.
6. Riesgos de sobre-dependencia y no sostenibilidad
El turismo puede proveer un complemento �til a los modos tradicionales de subsistencia, como fuente de ingresos monetarios. Sin embargo, existe el riesgo de que la inversi�n excesiva de recursos (tales como tiempo, terreno, agua) en el turismo pueda estar en conflicto con los modos de vida y la seguridad alimenticia (Ngobese 1994, Ashley 1997) si, por ejemplo, se usa el agua para el turismo en lugar de para la producci�n de cultivos, la vida silvestre compite con el ganado por la vegetaci�n, o se reduce la actividad de recolecci�n de productos silvestres debido a la declaraci�n de �reas exclusivas para la vida silvestre o el turismo. Esto puede hacer que las personas queden claramente vulnerables a una disminuci�n en el ciclo tur�stico (por ejemplo debido a violencia en la regi�n o, m�s general, recesi�n en los pa�ses ricos) o si el turismo demuestra ser no sostenible. La baja en el turismo es un riesgo especialmente donde el n�mero en aumento de visitantes causa da�o a la base de recursos o entra en conflicto con el atractivo del �rea como un destino "no descubierto" o pr�stino.
7. Intrusi�n y trastornos culturales
La intrusi�n del turismo puede conducir a la p�rdida de privacidad y a trastornos. En algunos casos, el turismo es tambi�n responsabilizado por la erosi�n de la cultura y la importaci�n de influencias externas. Por ejemplo, se dice que la monetizaci�n de la econom�a Serpa en Nepal ha financiado la reconstrucci�n de artefactos religiosos al tiempo que ha destruido el esp�ritu que los cre� y ha da�ado la vida religiosa (Zurick 1992, citado en Brown et al, 1995).
Limitaciones del turismo para la conservaci�n por la comunidad
Antes de considerar las medidas para mejorar el TIC, vale la pena observar que desde la perspectiva conservacionista, el turismo no necesariamente lleva a un aumento de la conservaci�n por las personas locales (adem�s del da�o causado directamente por los turistas). Las ganancias pecuniarias podr�an no ser incentivos efectivos debido a la escala o la distribuci�n de los beneficios.
La conservaci�n de las especies o h�bitat usualmente depende en el compromiso de todos los residentes, mientras que los beneficios pecuniarios del turismo probablemente ser�n recibidos �nicamente por una minor�a.
A�n si los beneficios se distribuyen ampliamente, el v�nculo entre el ingreso obtenido del turismo y la conservaci�n de la base de recursos naturales pudiera no ser localmente evidente, as� que el "incentivo" no se siente.
No est� claro que el turismo pueda generar suficiente dinero para costear la vida silvestre, excepto en unas pocas �reas principales. En muchos Parques Nacionales, el turismo no puede financiar el manejo del parque (por ejemplo, Durbin and Ratrimoarisaona, 1996). A medida que los parques son presionados por los Gobiernos para que sean auto-financiados, habr� menos oportunidades para compartir el ingreso por el turismo con los residentes. Se encontr� que los empleos relacionados con los parques eran insuficientes para atraer el apoyo local para las �reas protegidas en el Parque Nacional Chitwan (Nepal) y en el Parque Nacional de los Volcanes (Ruanda) (Wells and Brandon, 1992). Fuera de las �reas protegidas, los fondos no necesitan compartirse entre los organismos de conservaci�n y los residentes, pero probablemente sean m�s escasos los lugares tur�sticos importantes que generen un mayor beneficio.
Todav�a m�s, un enfoque exclusivo en los incentivos pecuniarios puede ser inapropiado para estimular la conservaci�n local. La gesti�n colectiva de recursos no solamente depende de incentivos, sino en que las personas locales tengan derechos, responsabilidades, habilidades y las apropiadas instituciones de gesti�n. Otras estrategias de conservaci�n por la comunidad pueden mejorar estas, a�n cuando generen menos beneficios pecuniarios que el turismo (es decir, los beneficios pecuniarios pueden ser necesarios, pero ciertamente son insuficientes para la conservaci�n). Otros podr�an decir que ni siquiera son necesarios y pueden ser da�inos: "si paga se queda" puede ser un enfoque muy diferente hacia la conservaci�n que los enfoques tradicionales (Ngobese 1994, Boonzaier 1996a). Se basa en incentivos monetarios, dependiente de personas for�neas, impulsado por el mercado, mientras que muchos enfoques tradicionales adoptados por los pueblos ind�genas se basan m�s en la responsabilidad comunal, los v�nculos con la tierra, con los antepasados y con las generaciones futuras. De aqu� que el nuevo enfoque pueda no ser efectivo e incluso estar en conflicto con las pr�cticas existentes de conservaci�n.
Notas:
2. Por ej.: en San Jos� de Uchupiomonas, Bolivia, las familias rurales est�n emigrando, incapaces de sobrevivir con peque�as parcelas agr�colas y la extracci�n de caoba del bosque. Se espera que el desarrollo del ecoturismo crear� trabajos locales y detenga la migraci�n, lo mismo que cree incentivos para la conservaci�n del bosque (Hendrix 1997). [Regresar]
3. Por ej.: el Parque Nacional Madikwe en �frica del Sur fue creado en gran medida porque el turismo hab�a demostrado ofrecer mayores r�ditos financieros que la agricultura (Koch 1994). Una reciente decisi�n de evitar la miner�a en St Lucia y mantenerla como una reserva, tambi�n se bas� en el an�lisis de que el turismo pod�a producir, a largo plazo, unos ingresos equiparables a los de la miner�a (Koch 1994). Por otro lado, el uso tan intenso que se necesita hacer para que el turismo compita econ�micamente que los impactos ecol�gicos del turismo pueden realmente exceder a los de otros usos (C Fabricius, com. pers.). [Regresar]
4. Por ejemplo, entre los Maasai en Kenia, los primeros tratos entre los cazadores blancos y poderosos individuos Maasai fueron "los primeros pasos para dejar fuera a la mayor�a de los Maasai de sus derechos de tierra" debido a que, por primera vez, la tierra fue titulada por hombres Maasai individuales. La mayor�a de los pastores Maasai han, por lo tanto, perdido los recursos de pastoreo fuera de la reserva, lo mismo que dentro (Berger 1996). [Regresar]
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